Palabra del editor

En el último número anterior al Año Nuevo de este año (y tenemos "noviembre-diciembre", siempre es un tema festivo) es habitual hacer un balance. Sin embargo, me gustaría alejarme del tema habitual y hablar sobre otra cosa: sobre mis observaciones sobre los pueblos indígenas de los Emiratos, las mismas personas que no son más del diez por ciento en el país y que todos estamos visitando. Si no está familiarizado con los ciudadanos de los EAU y solo ocasionalmente ve su andar suave en mantra blanco y abayas negras en los centros comerciales, al pasar atraparlos con una mirada tranquila y ligeramente alienada debajo de largas pestañas negras, entonces puede parecer que conscientemente mantienen su distancia . Honestamente, siempre me interesó: ¿cómo lo hacen? ¿Cómo es posible verse siempre hermosa y bien arreglada, mantener una postura directa, no apresurarse en ningún lado, inspirar confianza y respeto, tener uno mismo y tranquilizar al mismo tiempo? El país es joven y, sin embargo, sus ciudadanos son siempre razonables y generosos, amigables y sabios. Pero la principal cualidad, que me parece que los distingue de los demás, es la amabilidad reflejada en sus ojos.

Si preguntas, siempre vendrán al rescate. Lo apoyarán en tiempos difíciles, dirán las palabras correctas y resolverán cualquier problema. Sus corazones están abiertos, no hay un poco de ira u odio en ellos: están cordialmente listos para aceptar en su tierra a personas de todas las nacionalidades, religiones y puntos de vista políticos. Su sabiduría natural les permite estar por encima de cualquier conflicto, escándalo y pasión. Es increíblemente difícil para nosotros los europeos lograr todo esto: constantemente corremos en algún lugar, esperamos algo, nos preocupamos por algo. Y solo ocasionalmente leemos palabras inteligentes de los grandes sobre la importancia de obtener la paz interior. ¿O tal vez deberíamos dejar de pensar tanto en cosas insignificantes y simplemente aprender de ellas a mirar la vida desde un ángulo diferente? Intenta cambiar principalmente tu actitud hacia la vida, y no las personas que te rodean. Después de todo, el mundo ha carecido por mucho tiempo de amabilidad, y darlo a otros no es nada difícil. Especialmente aquí en los Emiratos, donde ante mis ojos es un ejemplo tan claro. Los felicito por las próximas vacaciones y les deseo que el próximo año esté lleno de amabilidad. Y, por cierto, el mejor regalo que puedes darte para unas vacaciones es hacer una buena acción para otra persona. Ahora mismo

Irina Malkova

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